Las perdices queremos regalaros este pequeño relato que surgió de la reflexión sobre los cuentos Disney y la historia de los feminismos. Esperamos que os guste y os divierta.
En la televisión se mostraba un bosque
maravilloso, lleno de flores de todos los colores. Marta estaba totalmente
absorta con esos dibujos animados que no había visto en su vida. Estaban
realizados en tonos brillantes, usaban ropas desgastadas y anticuadas, y
cantaban canciones tan edulcoradas que
jamás había oído cantar a ninguna niña de su edad así. Entonces apareció una
mujer mayor sonriente con un vestido azul; era parecida a las brujas que le
gustaban y comenzó a interesarse por la historia.
Dentro de la película, lo que el hada
iba pensando enfadada era contradictorio con su sonrisa angelical.
— “Ha
llegado. Se va a enterar. ¿No puede hacer nada? Ya por fin hoy tengo mi
oportunidad ..que rima con verdad. ¿Verdad? Mi verdad. Y se la voy a gritar. Yo
grito como nadie, puedo ser fiera en lugar de dulce, grito como un huracán,
grito como una marea, hasta...bueno, ¿qué más da? Este es mi trabajo lo quiera
o no. Gritar y desear. Desear. Por fin hoy me gustaría atreverme a desear.”—
“Tranquila. Tranquila, respira. Te
estás poniendo encima cosas que no son tu deber y te estás anticipando. Veamos
qué te dice Cenicienta.”- Pensó
más tranquila.
— ¡Ay! ¡Por fin estás aquí! Necesito un
vestido, no tengo ninguno para ponerme en la fiesta...y estará el príncipe,
dios mío, el príncipe. — Decía Cenicienta.
— Ya...claro, en seguida, en seguida
pongo en marcha la “magia”. Ahora te enseño unos modelos que te encantarán. Con
esta canción todo se solucionará. —
“¿Así que me estaba adelantando eh?
Ella sólo piensa en sí misma. Está aprendiendo que tiene una esclava en lugar
de un Hada Madrina. Este personaje es odioso. No se han dado todavía
cuenta....quieren hacer una película para niñas y esto es lo que les enseñan.
Tengo que poner a los animales a trabajar...pobres animales trabajando siempre
para las personas.” — Pensaba indignada el Hada Madrina.
— En un periquete estará listo, y ya
verás como no debes tener miedo. — Es
maravilloso. — contestaba Cenicienta, que
repetía sin pensar todas las frases de su guión. —
“Sí, sí, maravilloso que trabajen para
ti en lugar de enseñarte que puedes hacer las cosas por ti misma. Ni siquiera
te has preguntado...”
— Cariño, Cenicienta, ¿de verdad quieres
ir a esa fiesta? — Preguntó de manera sorprendente
en ese momento Hada Madrina. El magnífico rostro de la Cenicienta,
primorosamente pintada, con su pelo rubio encantador se quedó totalmente
paralizado. Esa frase no estaba en el guión, no tenía sentido, no tenía sentido
que ella quisiese algo distinto...¿o sí? — La
verdad, el príncipe es una persona totalmente desconocida. En realidad soy
tímida y prefiero quedarme en casa leyendo que ir a fiestas. Estos zapatos,
además, me aprietan mucho. — Se sinceró Cenicienta. —
¿Qué quieres realmente qué hagamos Cenicienta? —
Preguntó entusiasmada Hada Madrina. — Pongámonos gordas toda la noche,
comamos chocolate y, así, tú puedes tomarte un día libre mi querida Hada
Madrina. Esta noche será para nosotras. — Al
final no eras tan poco decidida Cenicienta, ni nada tonta... hasta te veo más
guapa así.
En ese momento el DVD se quedó parado
y en la pantalla aparecieron en inglés unos rótulos que anunciaban que la
emisión del resto de la cinta se había interrumpido por problemas técnicos.
— ¡Mamá! —
Chilló Marta desde el salón. — ¿Qué pasa
cielo? - Contestó su madre acercándose. — La
peli no funciona, se ha quedado parada. — Ah
si...no lo recordaba...esa película debe de ser de la época de la revuelta de
Disney. Es muy antigua Marta, voy a buscar algo más adecuado para una niña tan
lista como tú. — ¿Qué es la revuelta de Disney
mamá? — Pues verás. De pronto en algunos
estudios de grabación....donde se hacen las películas...a ver cómo te lo
explico. Sí...algunas princesas y otras mujeres que salían en las películas no
estaban muy contentas con su papel, con lo que tenían que decir y hacer. Y
entonces...algunas empezaron a cambiar la historia. —
¡Hala! ¿Y cómo la cambiaron? — Algunas
sabemos cómo lo hicieron porque terminaron de grabarse, pero de la gran
mayoría, como pasa en esta cinta, sólo conservamos el principio. Esta cinta es
ahora una curiosidad porque ya tenemos películas de dibujos que respetan las
decisiones de las mujeres. ¿Entiendes? — No
del todo...¿Por qué antes no las respetaban?— Porque
no se las escuchaba, ellas querían salir en la película, pero querían pensar y
tener aventuras.— ¡Claro!— Por eso, gracias a esto poco a poco se las escuchó
y cambiaron muchísimo las películas de dibujos animados. — Pon otra vez la cinta mamá, gracias a Cenicienta
ahora tengo películas, ¿verdad?—Sí, más o
menos hija, así es.— ¡Qué buena el Hada
Madrina! ¡Gracias! ¡Quiero verla otra vez para no olvidarme nunca de cómo era,
de su cara y de sus extrañas ropas! —
Y en la pantalla apareció de nuevo
aquel antiguo DVD de 2014 en el que Cenicienta y Hada Madrina se rebelaban y
los técnicos alarmados cortaban inesperadamente la emisión.
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